Cynthia se despertó la mañana del domingo muy a lado de
un profundamente dormido John Lennon; a duras penas la resaca le permitió
recordar lo de la noche anterior ¡otra vez volvió a caer! Y ella que se
prometió mantenerse a raya en cuanto a John y de nuevo juntos; en su cama, en
la maldita cama donde la hacía el amor a
la japonesa seguramente todas las noches amaneció ella y no como su esposa
precisamente sino como una del montón culpa de los celos impulsivos de su ex
marido.
Cerró los ojos y apretó los puños enterrándose las largas
y puntiagudas uñas en la carne ¡¿Cómo MIERDAS PUDO HABER SIDO TAN IDIOTA!? Era
obvio que Lennon tenía el orgullo herido; le dolió lo de playboy pero era su
vida, su maldito cuerpo y ella sabia como mostrarlo si se quedaba con un kilo
de ropa encima o si se la quitaba toda par amostrarlo a fin de cuentas para
ello se hizo los numeroso cambios físicos, luego de semejante trauma que Lennon
le generó con sexy Sadie Cynthia se sintió terriblemente gorda a pesar de que
estaba en su peso y talla normales, por culpa de Lennon su obsesión por perder
peso crecía tanto hasta el grado en que estuvo a nada de convertirse en
anoréxica todo con tal de tener un maldito cuerpo ‘’aprobable’’ una vez que
hubo conseguido su cometido empezó a idear lo de sus salidas con McCartney, le
dio perfecto resultado solo que el final bueno no estuvo tan bien pero logró lo
que quería :hacer sufrir a John y vaya que era evidente que le había dolido ,
de no haber sido así no se lo hubiese vuelto a reclamar la noche anterior. ¿O
era quizás solamente el efecto de las copas.
Comprendió que no podía seguir acostada junto a Lennon
dos segundos más, por lo que sin importarle estar completamente desnuda se puso
de pie caminando por la habitación en círculos, no le importaba que le viesen
dando a que las cortinas estaban todavía puestas, no había peligro de fisgones
y si los había pues bien por ellos, a ella poco le importaba, últimamente su
comportamiento era tan descarado que , lo único que de verdad tenia relevancia
para Cynthia era su hijo, la única persona a quien podía decir querer y amar, a
los hombres solo los usaba como medios para satisfacer ese placer desbocado que
le produjeron sus noches de sexo con Paul.
Dejó de merodear por el apartamento de John., se mareó de
ver tanto blanco a veces se preguntaba si Lennon no sentiría nauseas de ver
siempre el mismo color desde en las paredes hasta en las cortinas, se dejó
deslizar en un sofá cubriendo sus pechos al momento de flexionar las rodillas y
la barbilla, se quedó así buen rato hasta sentir pasos de tras de ella.
-¿Siempre caminas desnuda por tu casa?
Cynthia solo se carcajeó, tomó el albornoz de Yoko que le
ofreció Lennon haciéndole recordar aquella vez que los encontró en Kenwood
tomando café y viendo la televisión ambos semidesnudos, para ese entonces era
tanta su rabia, que lo único que hizo al llegar fue reírse a carcajadas, en
parte por el poco talento que tenía John para las mujeres, había que considerar
el hecho de que Ono solo era hermosa a los ojos de John.
-Ponte el albornoz, no te lo di para que lo tengas de
adorno.
-¿Qué Johnny?-Se burló Cynthia.-Tienes miedo de que Yoko
entre por esa puerta y nos encuentre a ti y a mí en paños menores.
Dio en el clavo, Yoko solía hacer sus viajes rápidos por
eso él tenía que hacer lo que quería hacer rápido antes de que Yoko cayese por
sorpresa, aunque con su hija enferma poco probable era de que volviese en un
día o dos máximo podría tardarse una semana. Tiempo suficiente para hacer sus
travesuras.
-No pienso quedarme más tiempo John, préstame una maldita
camisa.
-¿Ya te vas?-John se sorprendió, Cynthia que caminaba
rumbo a la habitación de John se volvió con una expresión irónica en la
cara.-Es decir, no piensas desayunar.
-NO, de hecho tengo que ensayar, me toca presentar el
noticiero de la tarde.
-Pero si es sábado.-Argumento John desde la cocina-
¿Trabajas los sábados?
-Trabajo cuando quiero John, es una de las ventajas de
ser la preferida del señor Crowly.
Apenas escucho ese apellido, y cuando mencionó ‘’señor’’
John aventó la sartén, los huevos y el tocino para ir a su habitación donde
Cynthia estaba colocándose unos pantalones y una blusa de Yoko, tomándole con
fuerza del antebrazo.
-¿Piensas cogerte a todos los empresarios del país que te
pasa?
Cynthia forcejeó duro con John hasta lograr zafarse de su
maldito agarre, dándole semejante bofetada que le hizo sangrar el labio, Lennon
no hizo nada, solo se rio de manera tosca, tomándole de los brazos logró
encaminarla hasta lograr empotrarla en el closet.
-¿ya te has echado a ese tal Crowly?
-Eso es cosa que no te importa.-Escupió Cynthia con
cierto resentimiento.-¿Y en todo caso que? Es problema mío, no tuyo.
John comprendió que querer hablar con Cynthia era tener
que volver a los gritos, con el dolor de cabeza con el que había amanecido
aquella mañana de sábado, prefería dejar las cosas por la paz aparte de que él
si tenía que volver a EMI, debían hacer los últimos ensayos para downstairs y
la verdad que las cosas iban lentas.
También tenía ganas de pasar una tarde con Julián, nunca
estaba de más pedirle permiso a la loca que tenia por madre de pasar por el
niño a la clase de karate.
-¡¿No tienes planes para con Jules para la tarde?!-Gritó
nuevamente desde la cocina, mientras traba de protegerse del aceite que al
parecer, se puso un tanto saltarín.
-¡no!-
Cynthia Seguía
esculcando entre la ropa de Yoko ¡dios que esa mujer no tenía nada decente que
ponerse! Todo lo que se estaba midiendo le quedaba tamaño jumbo. Era increíble
que ella fuese quien le inculcase una dieta a John, Cynthia estaba pensando en
esos momentos que quizás a Yoko no le sentaría nada mal una de esas.
Salió finalmente de la habitación con un vestido blanco
tres tallas más grande de las que ella solía usar, pero bueno fue lo único que
pudo encontrar entre el inmenso guardarropa de la Ono; salió de la habitación
rumbo a la sala, necesitaba recoger su bolso y las llaves de su coche John las
tenía escondidas así que estaba dispuesta a liarse a palos nuevamente con su
ex, todo con tal de llegar a tiempo para los ensayos.
-¿En donde tienes mis llaves John?
John escuchó perfectamente a Cynthia, pero pensaba jugar un poco; esa mañana
amaneció especialmente con ganas de molestar y a quien mejor que a Cynthia,
claro era la única que estaba con él en esos momentos. Siguió comiendo sus huevos revueltos como si no le hubiesen
preguntado nada, hasta ese momento Cynthia esperaba pacientemente a que el
señor Lennon se dignara a contestar, más en vista de que le veía pocas ganas,
ella por su propia cuenta comenzó a esculcar como loca los cajones y las
puertas.
John mientras la veía no podía evitar reírse a
carcajadas, eso estaba resultándole gracioso, al menos a él.
-comienzo a cansarme John.-Hablaba Cynthia que ahora
esculcaba las puertas donde Yoko solía guardar las cosas sin importancia.-Dime
en donde demonios están esas condenadas llaves.
-Te diré una respuesta Powell: Estás fría, muy fría.
‘’Estás Fría’’ ¡Así que John pensaba que estaba jugando a
frío y caliente o que jodidos! Checó su reloj de muñeca, bien tenía tres
malditas horas para sacarle a John las llaves de su coche; solo trataría de no
perder la paciencia, pues si con algo de gozaba John era con eso.
-Vale John.-Cynthia se puso de pie poco a poco.-¿Quieres
jugar? Bien, vamos a jugar pero dime en donde están mis llaves.
-Estás fría.-Repitió John esta ve ya sin interés.
Cynthia siguió buscando, por mucho que le estresara esa
situación lo primordial para ella en ese momento era encontrar esas llaves, no
le gustaba llegar tarde a sus ensayos y John no se lo iba a impedir.
-Una pista.-Dijo ya convencida, John la tenía en sus
manos.
-ya te dije Frío.
Con los nervios a punto de crispársele por la rabia
Cynthia se puso a volver a buscar, no sabría ahora ni por donde volver a iniciar
la búsqueda solo sabía que a esas alturas estaba dispuesta a todo.
-¡Ya me harté John!-Cynthia volcó al piso una jarra de
agua que tenía cerca, eso fue el colapso para su paciencia y sus nervios, los
cuales estaban a nada de estallar.-Por más que trato de hacer las cosas sin
estar en guerra contigo no puedo ¡¡NO PUEDO!!
Tampoco John soportó mucho, lo de la noche anterior le
resultó demasiado poco, se daba cuenta de que siempre aunque no quisiera estaría
unido a Cynthia; gracias a aquel niño de siete años, llamado Julián, pero más
allá de Julián había otra cosa, algo que lo jalaba y lo acercaba a ella,
incrementando su necesidad por verla, tocarla hacer lo que quisiese con ella
pero a su vez ; lo alejaba de Yoko, se suponía que dejó a Cynthia por Yoko y ahora
estaba haciendo hasta lo imposible por retenerla a su lado aunque fuesen unos
treinta minutos más.
Dejó desesperadamente la mesa comando a Cynthia por las
caderas, ambos sabían francamente a lo que ello los iba a conducir, tampoco les
importaba, Cynthia sentía como a raíz de que se acercaban a la recamara de John
su parte intima se humedecía; hasta sentir como sus propios jugos resbalaban
por sus piernas, dándole la sensación de ser la puta de John Lennon.
John la puso en la cama, para ser precisos encima de la
ropa regada de Yoko, si se arrugaba, manchaba o maltrataba ya habría tiempo de
comprar más o si tenía arreglo; mandarla a una tintorería donde la dejarían
cual si estuviese nueva; sin dejar de lado su posición (que era la de estar
encima del cuerpo de Cynthia) se comenzó a desabotonar desesperadamente la
camisa; pero como los dedos se le hacían trabas entre los botones, su
desesperación creció a tal grado de no importarle romper la prenda, a fin de
cuentas tenía muchas como esa. Aventó la prenda lejos de él continuando con los
pantalones y la ropa interior,
bajándolos hasta que quedasen a una altura lo suficientemente prudente para
empezar a penetrar; no sin antes comenzar con una corta y rápida sesión de
besos y caricias previas a la penetración. Eso de copular con su ex mujer de
manera extramarital le ponía, muchas veces antes de tener a Cynthia en su
departamento había tenido fantasías con ello; y no se sentía culpable, de hecho
en ese momento John se sentía satisfecho por haber logrado una de sus tantas
fantasías sexuales.
Sintió que el momento de penetrar estaba llegando, le
abrió las piernas hasta el tope y se introdujo en medio de ellas con su miembro
viril apuntando a su centro, el cual se encontraba ya totalmente húmedo;
comenzó a penetrar, al momento de entrar dentro de ella, John sintió como su
miembro resbaló perfectamente con sus brazos ajusto fuertemente las piernas de
Cynthia alrededor de su Cynthia y listo, podía continuar hasta terminar
corriéndose dentro de ella. Dejándose caer encima suyo luego de correrse.
Ambos se quedaron en absoluto silencio, Cynthia se llevó
las manos a la cara tallándosela varias veces.
-Por lo visto nunca vas a cambiar.-Argumentó rompiendo de
una ve con el silencio, que de por sí estaba poniéndose pesado.
John por el momento no contestó, dejó escapar un suspiro largo, demasiado
largo para gusto de Cynthia quien llegó a creer que de verdad necesitaba hacer
eso rodó por el cuerpo de Cynthia quedando en el lugar que le correspondía en
la cama poniéndose una blusa de Yoko para tapar sus partes nobles. No a lo
mejor nunca cambiaría y solo estaba perdiendo el tiempo con Yoko el estar
casado y el tener una amante no le sirvió de nada al parecer, John se daba
cuenta tarde que él no servía para tener una compañera a lado, podía ser fiel durante los primeros meses, sentir que
todo era miel sobre hojuelas pero a mas tardar aparecería otra que llenara su
atención más que la anterior y listo, la dejaría al acto y de esa, la cambiaria
por otra y así como se seguía hasta que sus días terminaran. Pero últimamente
algo que no le gustaba le estaba sucediendo con Cynthia, era como si toda la
atracción que se desapareció durante su matrimonio estuviese volviendo con más
fuerza ahora que ya no la tenía como su mujer.
-Ni yo mismo lo se Cyn.-Contestó John poniéndose las
manos en la frente.-Es algo contra lo que yo no puedo luchar, me domina, se
sobrepone a mí. Haciendome débil ante mis propios instintos.
-pues vaya problemita John. Pero yo no estaré ahí para
curar tus instintos. Me imagino que si sabias eso.
-Lo sé.-Respondió John claramente enfadado.-Ahora es
Lewis.
-Ahora es Yoko.-John miró de reojo a Cynthia. Ella sin
embargo ya no quería seguir estando acostada, le provocaba ansiedad el estar
cerca de John.-Sabes que. Creo que será hora que me vaya antes que…
En ese momento, ambos escucharon el timbre del
apartamento, tanto a John como a Cynthia se les fue la sangre hasta los pies de
solo imaginarse a Yoko fuera del apartamento esperando a que el abriesen la
puerta.
-¿Qué hago?-Preguntó Cynthia asustada buscando
rápidamente un sitio donde ocultarse de la vista de Ono.
John por su parte sentía la lengua atada al paladar, no
sabía que hacer ni que decir en pocas palabras parecía un completo idiota con
miedo, lo primero que hizo fue brincar de la cama mal, buscar su ropa y comenzar
a mal colocarse los pantalones, mientras Cynthia estupefacta miraba con que
poca atención le pagaba John las dos sesiones de sexo que le dio.
Una vez que terminó de vestirse, John cogió a Cynthia del
antebrazo derecho metiéndola a la fuera al closet.
-¡Oye!
-¡Quédate ahí!-John la zarandeó un par de veces.-Iré a
ver quién demonios es.
Cynthia accedió a quedarse quieta metiéndose hasta el
fondo del closet, a la par que al cerrar la puerta atrapó un dedo de John a
propósito.
-Perra.-Susurró John al tiempo que se chupaba el dedo
afectado.
Cynthia respondió con una risita burlona, John no quiso
seguir perdiendo el tiempo, el timbre seguía sonando y ese maldito timbrido
estaba retumbándole en la cabeza, con las manos completamente sudorosas se
dirigió a la puerta, orando interiormente por que no fuese Yoko quien llegaba
de incognito como solía hacerlo tantas veces. Al asomarse por un pequeño
agujero que había debajo de la perrilla pudo comprobar para su buena suerte que
se trataba de Elton John. Aliviado abrió la puerta inmediatamente, solo tendría
que cuidar que Elton no se pasase a su recamara y listo.
-¡Carajo John porque no abrías la puerta!-Elton y John se
abrazaron efusivamente.-Estaba a punto de irme.
-Lo siento Elton.-John condujo a Elton a la sala ofreciéndole
asiento, Cynthia entre tanto podía escucharlo todo, ella también estaba
aliviada.-Estaba en la recamara acomodando la ropa de Yoko, ya sabes cómo es
¿Te puedo ofrecer algo?
-Sí, un té estaría perfecto gracias Johnny.
-Bien.-Ahora era el momento perfecto para deshacerse de
Cynthia, solo habría que llevar a Elton a la cocina y listo problema
resuelto.-Mira, vamos a la cocina, yo voy a la recamara para acabar de guardar
la ropa de Yoko y bueno, quédate en tu casa quieres, ya vengo.
John corrió a su recamara, introduciéndose en el closet
donde estaba escondida Cynthia.
-Listo, ten las llaves de tu auto, en cuanto escuches que
cierro la puerta de la cocina te puedes ir pero no hagas mucho ruido, Elton le
podría decir a Yoko y a los dos nos iría mal Powell.
Cynthia no dijo nada, a esas alturas estaba bastante
enfadada de estar en casa de John que cualquier arreglo le parecía bueno, le
arrebató las llaves de su coche, resuelta a salir de ese maldito closet donde
ese estaba ahogando, sin embargo John le volvió a meter dentro, y él junto con
ella.
-¿Qué mierdas no entendiste?
-Nada.-Cynthia lo apartó de ella dándole un empujón, John
se golpeó la cabeza con el tubo del closet.-Solo quiero largarme ya de aquí.
Cynthia hizo un segundo intento por salir, pero esta vez,
John mas tranquilamente la volvió a detener, seguía en lo mismo no sería nada
bueno si Elton la veía salir de su apartamento mucho menos con ropa de Yoko
encima.
-Es en serio Cyn.
-No vuelvas a llamarme Cyn.-Espetó Cynthia duramente.
-¡De acuerdo!-John perdía la paciencia nuevamente.-Solo
espera a que me vaya yo de aquí, las llaves de tu auto están en el segundo
cajón del peinador, están metidas hasta el fondo. Y vuélveme a repetir la hora
a la que tengo que ir por Julián a la clase de tae kown do.
-A las dos y media ¡pobre de ti si llegas tarde Lennon!
-¡Shh!-John colocó apresuradamente una mano encima de la
boca de Cynthia.-¡te va a escuchar! ¿Quieres que nos sorprenda a los dos
hablando aquí?
-Está bien tu ganas.-Cynthia volvió a apartarlo de ella.-Solo
sal de aquí para poder salir yo quieres.
-Vale.
John salió del closet, con Cynthia de tras suyo, antes de
salir definitivamente de la habitación John tomó aire, era arriesgado pero al
menos serviría para sacar a Cynthia de su apartamento, ya hablarían con más
calma después, claro si es que se podía hablar. La mayoría de las veces solían
gritarse y no llegaban a ningún acuerdo.
Cuando Cynthia sintió que John cerraba la puerta de la
cocina ella aprovechó para salir corriendo de ese apartamento, una vez fuera
cerró la puerta de este con sumo cuidado y se dejó desliar por la puerta hasta
el piso completamente aliviada, lo primero ya estaba hecho, los vecinos que
salían de sus apartamentos mirándola peor que si fuera una basura no le
importaban a fin de cuentas era su vida y la de John ellos no tenían cabida en
ella.
Ya mas recuperada de semejante susto, volvió a retomar el
camino sacudiéndose la poca tierra que pudo haberse quedado en el vestido de
Yoko, iniciando el trayecto hacia su auto, de lo que ocurrió durante la noche y
justo unos minutos antes de la llegada de Elton John al apartamento de su ex la
dejaron totalmente desconcertada ¿Qué coño le estaba pasando a Lennon? Juraría
que nunca en su vida lo vio asi de apasionado mucho menos con ella, creía que
de todas las mujeres que estuvieron con John en el pasado, ella fue por la que
menos pasión o atracción llegó a sentir, ahora se preguntaba el porqué de ese
cambio tan radical, porque ahora que estaban separados formalmente, que ya no
eran un matrimonio la atracción hacia ella como mujer surgía, ¡vaya con John sí
que era raro! Y la verdad es que el hecho no le disgustaba, pero a la par le
hacía sentirse mal con respecto a Edward, debía hacer algo rápido o casarse con
Lewis y alejarse de John o bien dejar a Edward libre para que buscase otra
mujer que le conviniese de verdad.
Ninguno de los dos sabia que estaban por surgir cosas
nuevas, todo gracias a la pequeña ayuda de los amigos de John, especialmente de
Paul; la pareja que estaba encerrada en el reallity show saldría renovada en
dos semanas, y en dos semanas les darían la noticia a ellos.